viernes, 19 de febrero de 2010

Peno en el barrizal!

Recorrí de sur a sur durante nueve semanas las polvorientas calles del departamento "General Roca", untándome constantemente repelente en crema para que los moscardones no merodeen la sudorosa piel despelechada y tajada por el sol.

Fue en el trayecto de Jovita a Laboulaye donde todo ocurrió. Dos personas murieron calcinadas bajo la mirada inquisidora del astro infernal, dio un vuelco, impactó contra un árbol y luego se incendió, sin túneles y alcantarillas el automóvil se ladeó.

-¡Nueve semanas! –creo, ya que me desperté arqueado arriba de una roca, o más bien, sobre una brasa encendida que adobaba mi cuerpo.

-¡No recuerdo! -. Busco sombra mientras desempolvo los pasos de derecha a izquierda.

-¡Pero nada! –las piernas no responden, pellizco mi nalga derecha y no siento nada, intento nuevamente hasta que un calambre las hace reaccionar.

-¡Arriba de pie!, carajo. –ahora sí, observo de sur a sur, el cuello no rota de este a oeste. El guadal me entierra, rezongos de mulitas y zorrinos al rededor se escuchan. –¡Tal vez por el olor al repelente que se diluye en mi piel!.- reflexiono.

Un poco de impresión surge en mi interior, los animales ahora mordisquean mis extremidades y no puedo hacer nada, nueve semanas y no he hecho un paso; nueve semanas que estoy muerto; nueve semanas que nadie sabe dónde estoy!.

sábado, 6 de febrero de 2010

Dalmiro!

Todo tuvo que ver, "ser o no ser", Dalmiro era un joven actor que por su ceño fruncido y su cara sin expresión, o sea, a nada, siempre interpretó papeles breves, de malo, de psicópata, de extra, y que por lo general morían. Nunca apareció en los créditos de las obras que trabajó. Su aspecto afeminado no le daba el “target” para roles viriles y masculinos.

En realidad Dalmiro no tenía aptitud de actor y no era un “jettatore” (persona que supersticiosamente se cree que trae mala suerte). Porque, cuando iba al banco no había cola, cuando compraba dos cospeles del kiosco en la esquina, él se llevaba los últimos, cuando pedía una colita de cuadril rebosado con vino blanco y papitas noisette gratinado con salsa de arándano en el bodegón de 27 de abril casi Ayacucho, siempre estaba a punto caramelo.

Oh!, sí, su vida diaria era común, un mequetrefe para actuar, pero común!.