viernes, 11 de septiembre de 2009

Con las bolas al aire!

Escéptico y sin ambición pasaba diecinueve horas diarias frente a la pantalla, saltaba de canal en canal con el control remoto. El cuerpo lo empotraba al sillón de caña remachado a dos manos. La saturación de imágenes, lo aburrían, armaba dos churros que ajusticie el sentido, pero una vez más bostezaba y refunfuñaba.
La graduación visual o la dificultad oriental que mostraban sus ojos, sumado a la poca motricidad de sus manos resentían las ganas de preparar el fino. Tomaba el control y le tranquilizaba ver por la tele como un presentador era comida por el león, cambiaba a otra señal y satisfactoriamente miraba como un país quedaba en migajas para un tsunami. Un flash informativo mostró a un sujeto aprehendido por la policía cuando intentaba fugarse, luego de robar en un bar un plato pizzero.
-¡Qué hijo de puta!- gritó con una risa peligrosa y perversa que animó a su nariz tantear la merluza.
-Con ese plato puedo sostener el bulto inanimado.- pensó, ya que la inoperancia de su cuerpo generaba realizar las necesidades fisiológicas, allí mismo, con las piernas bien abiertas!.

1 comentario:

CaRi dijo...

que desagradable... pero pasa...bye-- saluditos!!!