
Me somete y controla mis deseos y movimientos.
Es una chica de veinte y pico con brazos y piernas torneadas y bronceadas; el
pelo negro azabache lo sacude de lado a lado desnudando sus hombros.
¡Baila! y mueve su cintura de muñeca mientras
se acerca a la cama. Suavemente se inclina descubriendo sus pechos y me susurra
al oído:
–Una vez que se te pase el efecto de la hioscina, no te vas acordar de mí. Así que pensá ahora porque sos tan pelotudo y
calentón para llevar a una desconocida a tu casa.–
…Desperté
desnudo en el piso con el departamento pelado.
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