jueves, 26 de marzo de 2009

Escucháis ahora!

Recordaba, hamacándonos bajo la división blindada de nubes grises y con un sin número de balcones viejos, que estiraron las distancias infalibles en silencio. Sueño con todas las miradas sin secretos que aproximadamente despegaron cada quince minutos. Todas las flores y pájaros desaparecieron la noche que decidiste ser cenizas por la ciudad, derramo sangre entendiendo llantos y sonrisas que no están.
Gallardamente acaricio el ahogo acompañado, no sufro por el desprecio, no me corresponde. Contraigo mis miembros e impulso el asiento contiguo de la hamaca!.

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