lunes, 20 de abril de 2009

En este día y cada día!

Le agarró la mano y le guiñó el ojo, "vienen cosas maravillosas para ti", le dijo mientras se despedía. El tiempo corrió sin dormir y el ángel nunca llegó. La cara sobre la almohada posó por días, el estado de ánimo se enfrió como el café de las mañanas.
Luego que escuchó por quince minutos el tic - tac, quedó hipnótico al sentir la frialdad del plomo. Cuando despertó sintió la suavidad esponjosa de la piel que ella siempre poseyó, la abrazo con fuerza y oyó un susurro, "te esperaba, luces hermoso"!.

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