viernes, 17 de julio de 2009

Efecto perra!

El pequeño gurrumín se refugió entre las faldas de su madre llorando por la falta de afinación que dos serénateros no pudieron conjugar, la paz y la tranquilidad con que laburaba el taxi-boy de la esquina también se vio alterado por los desprolijos sonetos. Lo que pasó, fue que Dolores había dejado a Eusebio y ha este no se le ocurrió mejor manera de reconquistarla, qué con música.

Para peor de los males, Eusebio no contó con dinero suficiente para contratar a dignos juglares del amor, sólo logró fichar dos mamarrachos por un par de pesos. La selección la hizo por la sección clasificado del diario. Bajo la leyenda inscripta del anuncio; "Compadre, faltaba más, salud por el futuro y el amor, dos acordes que llegan al corazón", el dúo romántico pareció ser la solución.

Él muy pavo, había coqueteado con una loba silenciosa que frecuentaba los piringundines de la zona, un día en la cual se alcoholizó junto a los amigos. Precisamente se festejó "el día del amigo" y flanqueado por los ebrios compinches se escandalizó cuando un cuerpo de curva y contra curva desfiló frente de él, el hombro redondeado y lánguido que sostenía la tirita de la cartera rozó prácticamente por su mentón; la orla fueguina que bambaleaba de su cabeza al andar lo dejo perplejo. Sin pudor y jugueteando con la tirilla, ella lo miro de reojo, no tuvo ánimo puritano ni pelos en la lengua y se acerco a él mientras le comentó algo al oído.

El berrinche de los amigotes dejo entre ver que la frase dicha fue; "cogerías". El cielo se abrió, Dolores estuvo allí y lo escuchó, entre su cara violácea de furia lo insulto con un; "maricón, bastardo, mal nacido, la q' te parió" y se retiró como una reina.

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