lunes, 3 de noviembre de 2008

Quiso más primaveras!

Desde el día que nació la desdicha la persiguió, mal parida apareció. En un callejón donde el polvo he etílicos corren sin sabor entre el rojo del rouge y el amarillezco dentario, el humo mezclado con perfume barato alborota el adoquín transpirado. Sumado al brote esquizofrénico de la violencia cotidiana, arrojados por la realidad tortuosa entre piernas mal pagadas por servicios personales, de transeúntes ávidos por relaciones casuales ejerciendo fantasías primarias con la idea de satisfacer su caudal libidinoso y nada más, ella emergió.
Arrojados por la indiferencia social y a temprana edad vendió su libertad. Libertad de enamorarse, de amar, de compartir el instante eterno de una sonrisa o una mueca marcada, de permitir aquel varonil ser que cruzaran miradas fijas sin disimular el perfecto encanto de sólo eso, mirarse y que sea él, único que recorra y saboreé delicadamente la piel que envuelve tanto querer, custodio que eligió ella sin facturar su ser.
Al final, en primaveras nefastas sin elección, ella germinó, junto al pecado original es la historia que escribió, pero en soledad y sin amor es sólo lo que ella sintió.

2 comentarios:

Emma dijo...

Ella debería torcer el rumbo de su destino, saber que no está condenada por la manera de nacer y dejar de ser consecuente con la desdicha, pero supongo que ha de ser difícil, y estará muy cansada.

rama dijo...

Emma: buen punto, pero me imagino que si uno lo quiere, lucha por eso, más allá de las diferentes situaciones, realidades que les toque, en un punto en este conflicto, también es una elección de uno!. Gracias emma por tu dicha.
Besos y saludos.