jueves, 11 de diciembre de 2008

Surcos erróneo!

Como una hoz silbando en la noche donde nadie interrumpe el camino del infortunio corazón rasgando, sin un placer, una palabra o una mirada esperanzadora de romper el maldito silencio de sábanas oscuras, peregrino. No quiero más náuseas que estremezcan mi cuerpo de calambres ensuciados por susurros últimos de amor no correspondido a prueba de gran dolor.
En una hoja blanca quise encontrarla, pero el inesperado movimiento que el lucero entregó, oculto una luna dispersa con engaño y sin escrúpulos. Todos los medicamentos están dispuestos, estacado hasta el fondo sin promesas, ni besos, la satisfacción de cliente destrozó la ilusión de amor.
Relatando cuentos orientales con crudeza y picardía los hábitos burgueses, hipócritas, violentos con desigualdad equívoca mientras se desliza sobre construcción arruinada de adulterio, echa en mano al corazón apuñalado.
Con galletitas de salvado viajando en una clara noche justifico el desprecio y la soledad aceptándolo con temor que sólo purifica, tras un sorbo de café instantáneo!.

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