lunes, 19 de julio de 2010

Carta de julio al viejo

Hola viejo, parece que han pasado como doscientos años que no nos vemos. Te comento que “La Fuente de Trevi” es exactamente igual a como me lo describías de chico. Seguramente no ha cambiado nada desde que te fuiste, e Italia es tan linda como en tus relatos. Con Manuel caminábamos por las estrechas callejuelas y encontramos una placita que me hizo recordar a la del pueblo.
¡Te acordás cundo íbamos!. Yo, le daba de comer a las palomas con las migajas de pan casero que horneaba Catalana todos los días a la cinco de la mañana y vos me enseñabas la grandeza del país. De como ese ecuestre general de mármol en el centro del ágora sorteó las dificultades de cruzar por el paso de Uspallata.
Aquí, en la vieja Europa la situación no esta nada bien, decidimos volver a la Argentina con una gran valija de recuerdo para que llevemos a Manual a la plaza y el olor de la tierra indígena nos abrace nuevamente con un guiso de garbanzo calentito.

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